La terapia holística percibe al individuo como un todo. Es decir, en las alteraciones y problemas psicológicos no solo inciden las emociones, también influye la salud física, el estilo de vida, el balance energético, las relaciones interpersonales, entre otros factores.
Por ello esta disciplina trabaja considerando diferentes áreas que influyen en el bienestar de la persona para proporcionarle el equilibrio a nivel mental, físico y espiritual.
Según la teoría holística, las enfermedades físicas son fruto de desequilibrios en la alimentación o en el descanso. También incide notablemente el estrés y el descontrol en el manejo de las emociones y otros problemas personales. En este sentido, la idea es equilibrar al máximo los diferentes aspectos que engloban a la persona y que le influyen en su estado de ánimo y emocional.